Una obra maestra en forma de paseo por la pintura clásica china. La pelÃcula es un cuadro en movimiento. Iluminación asombrosa, vestuario impresionante y paisajes que solo pueden encontrarse en China. El argumento -aunque viene siendo irrelevante para el espectáculo visual- es difÃcil de seguir y la acción es también muy limitada, por lo que no debemos esperar nada que recuerde ni remotamente a Hollywood. Una delicia para los sentidos que yo recomiendo ver en versión original, y en una segunda visualización, incluso sin subtÃtulos.