“Maybe you weren’t looking. Maybe no one was.”
Folie à Deux, el filme en el que se puede observar que, tristemente, la sociedad aún necesita muchas más historias como la del Joker. El personaje encarna la ira, frustración y desesperanza que brotan en un mundo donde la desigualdad y la violencia persisten. La ironía es palpable en sistemas que prometen protección y justicia pero fallancontinuamente. Es un espejo de la crueldad que enfrentan los marginados, ignorados y ridiculizados. Este filme no solo es necesario, sino inevitable en un mundo que sigue dando la espalda a los más vulnerables.
La película se aleja del cine de acción convencional y se sumerge en un mar de simbolismos visuales y técnicas artísticas que a menudo se pasan por alto en el cine comercial. No se trata de un enfrentamiento con un archienemigo, sino de una lucha interna profundamente personal, convirtiéndola en un psicodrama imprescindible. Las canciones transmiten mensajes ocultos, y el grito final de Gaga, “That’s Entertainment”, encapsula la ironía de un público que normaliza el sufrimiento como espectáculo. El cierre con “That’s Life” de Sinatra deja un sabor agridulce, sugiriendo tanto rendición como una invitación a reflexionar sobre la vida.
Mi experiencia en el cine fue surrealista, marcada por la inquietante desconexión entre la profundidad de la película y la reacción de una espectadora a mi lado. Previo al inicio, escuché a una mujer criticar un tráiler, riéndose despectivamente de un personaje bisexual. Durante la película, dicha persona lanzaba comentarios hirientes sobre la apariencia de ciertos personajes, despreciando cada ironía presentada en la pantalla, cada risa se sentía como un ataque a la propia esencia de la obra. En lugar de abrir la mente, su burla la sumía en un abismo de ignorancia. Esta falta de empatía y comprensión resuena con la temática de Joker, dejándome convencida de que en un mundo donde la burla y el desprecio dominan, seguirán surgiendo figuras como el Joker: trágicos reflejos de un sistema que ignora el dolor ajeno y aplasta la diversidad en su búsqueda de la conformidad.
La película actúa como un espejo que refleja estas realidades, evidenciando que en un mundo donde la ignorancia prevalece, seguirán surgiendo figuras trágicas que desafían nuestra conciencia colectiva. Es un recordatorio urgente de que debemos abordar el dolor ajeno con compasión y reflexión, en lugar de desdén.