Lleva de un modo irónico y extremo la idea de como corporaciones manejan las redes sociales a tal punto de cambiar la opinión pública, de un segundo a otro. Ejemplificando el hecho de mostrar una cara diferente de los "nazis" al público de la segunda temporada.
Burla lo religioso y muestra la subjetividad de la producción en este ámbito, cosa que puede llegar a ofender a comunidades que ni siquiera es necesaria tal ofensa.
Cinematográficamente es una obra de arte y muy precisa en esta época de fanatismo a los cómics.