Disco de 1995 desarrollado en los dos ejes básicos de los discos noventeros de El Último de la Fila: la exaltación sensorial de lo rural y natural, y la estética marcadamente surrealista.
Musicalmente hay temas con la tesitura especialmente amplia que comenzó a desarrollar Manolo García en "Nuevo Pequeño Catálogo..." junto a otros de gama más estrecha, casi en estilo recitativo, también característico de EUDF de la segunda mitad de esta década, y una cierta oscuridad y sosiego que no todos los seguidores supieron entender.