Luego de leer esta sinfonía descarnada,
una especie de monólogo interior lanzado desde las entrañas del abismo, la lectura imprescindible se materializa en éste espacio que la autora recorre con agonía, y, sume al lector/a en una desolada realidad llena de escepticismo,disconformidad, y la materializa con una mirada corrosiva, y nada complaciente. Un alarido de insatisfacción que brilla como un estilete mortal.