Uno, si lee la trama, podrÃa parecer una buena serie. Sin embargo, termina siendo extremadamente decepcionante.
La actuación de Steve Carell es muy buena, sientes la gran presión por la que el personaje pasa y la introspección que lleva acabo. Vemos un desarrollo de personaje soberbio y una representación actoral muy agradable.
Empero, Domhnall Gleeson fue un error de elección. Da la impresión de ser un niño consentido más que un asesino en serie, psicópata e irremediable.
La historia del terapeuta, Alan Strauss, resulta ser muchÃsimo más interesante que la trama principal. Su análisis y contraposición de interpretaciones de una religión es soberbia y su dolor humano muy creÃble. Pareciera que la dirección no hizo análisis de los comportamientos, pensamientos y modus operandi de los asesinos seriales. Resulta que ahora tenemos un asesino, que por naturaleza no deberÃa ser empático, altamente consciente del dolor ajeno y hasta con pizcas de arrepentimiento.
La verdad, si quieren un análisis de la familia y la religión, les recomiendo está serie. Pero si buscan un thriller psicológico relacionado con asesinos en serie, no lo vas a encontrar aquÃ.
No vale la pena, a mi gusto.