A pesar de su mala fama, siempre me encantó: la desesperanza de Time Fades Away, la desolación en L.A....y sobre todo la aspereza nihilista de Last Dance. Realmente brutal. Un testimonio coyuntural, si, pero único e imprescindible. Suicidio comercial incluido, por este tipo de obras se le considera a Young como a un músico auténtico del Rock and Roll.