Excelente guion, Ryan Johnson no deja cabo suelto. Las actuaciones son impecables y cada uno de los diálogos posee varias lecturas que se van develando poco a poco cómo las notas del piano que al final consiguen tocar una reveladora melodía. Mención aparte merece el diseño de arte y el diseño sonoro. Recomendación para el espectador, no te pierdas una sola línea, “mi casa, mis reglas, mi café”.