La forma en que se naturaliza la ya tan retrograda idea de que castigar a un bebé por hacer algo que no nos guste queda representada en este libro. Dónde lo que queda expuesto es una crianza donde no hay manejo de emociones. No hay acompañamiento del infante a atravesar sus emociones. Se invalida . Se castiga para que aprenda a obedecer y ser un niño bueno. Pero lo más espantoso es como a Tomasito le sale la primer palabra. Pidiendo ayuda ,solo en el patio, puesto en el corral para que aprenda. A un bebé. Increíble. Violento. Claro que no lo percibirá quien no haya Deconstruido su adultocentrimo .