El Crisantemo y la espada es una obra de carácter antropológica a través de la cuál occidente, podría llegar a conocer la cultura japonesa y así facilitar el establecimiento de vínculos socio economicos en la post II guerra mundial. Este excelente trabajo tuvo algunas críticas en lo referente a la metodología empleada por Benedict para encarar su estudio, ya que usualmente el Antropólogo suele realizar un trabajo de campo que implica conocer el lugar de los hechos y conjuntamente con ello desarrollar una metodología de Investigación participante, que incluye hablar el idioma y ocupar un puesto dentro del engranaje comunal estudiado, aunque fuere el más básico, esto no pudo ser posible por cuanto en la época en que se llevó a cabo el estudio, Japón se encontraba en guerra contra Estados Unidos, es por esto que se trabajó con testimonios de respetables inmigrantes japoneses y con interpretes por cuanto la autora no hablaba japonés; sin embargo estas obligadas limitaciones no opacaron la magnificencia de la obra, cuya fidedigna utilidad ha ido perdiendo vigencia por el continuo proceso de occidentalizacion por la que atraviesa la cultura japonesa desde hace más de 60 años, y la influencia de la globalización, que pareciera pretender acercar de a pocos a la humanidad a compartir una cultura universal.