La pelÃcula me sorprendió gratamente al abordar de manera inteligente el cuestionamiento de la fe, explorando en qué debemos creer y qué es realmente importante. Aprecio que no recurra a los clichés habituales, como el abuso de screamers o personajes que toman decisiones absurdas que frustran al espectador. AquÃ, todo se siente justificado: desde el encierro hasta la situación que desencadena la trama, logrando una coherencia interna que fortalece la narrativa.
El antagonista está bien construido, con motivaciones claras que, aunque puedas no compartir, lo convierten en un personaje complejo y creÃble, lejos de ser un villano unidimensional. Además, el desenlace es un gran acierto, dejando un mensaje poderoso sobre la fe: creer no depende de lo que vemos, sino de lo que sentimos y aceptamos, independientemente de nuestras creencias religiosas.
En definitiva, una pelÃcula que no solo destaca por su enfoque maduro y por evitar los tropos fáciles, sino que también representa un gran nuevo aire para el cine de terror, ofreciendo una experiencia reflexiva, bien estructurada y realmente refrescante.