Me parece muy triste incentivar el dolor de la confusión de identidad, sobre todo porque promueve el dolor que experimenta aquel que vive transgrediendo la voluntad del creador y los roles que ha definido tanto para el hombre como para la mujer.
Una mujer no puede asumir el rol de hombre y un hombre no puede asumir el rol de mujer, ni fÃsicamente, ni mentalmente ni emocionalmente. Volcarse en estas realidades solo genera mas sufrimiento, tristeza y depresión.
Pero la buena noticia es que siempre hay una oportunidad de poder salir de esta oscuridad, esa oportunidad es Jesucristo, el cambio nuestro dolor, y nuestra tristeza, brinda claridad ante la confusión, cambia nuestra manera de pensar sin obligarnos sino por amor y revelación y esto nos fortalece para tomar un nuevo camino, lleno de esperanza, de vida, y de verdad.
Si la ciencia no se ha equivocado en definir los géneros, ¿porqué tenemos que insistir y promover en incentivar lo contrario?
Cuidemos a las nuevas generaciones.