El título me encanta, antes de empezar a leer la novela; porque hace alusión a esas imágenes católicas en las que aparece el Niño Jesús sosteniendo la bola del mundo..., algo que una persona del pueblo podría mencionar como "el niño de la bola"... Aparte, la vida de don Pedro Antonio de Alarcón me parece fascinante y novelesca por sí misma, en el escenario social y político del siglo XlX en España, que algo creo conocer.