Me es difícil comparar un clásico como "The Dark Side of The Moon", nacido como la colaboración de una banda, donde predomina la música psicodélica, las temáticas, los puentes y las voces, respecto a este álbum que se siente como el producto de un ego viejo, incompleto, el producto donde Roger le rinde homenaje a Roger. Y es una lástima.
Syd Barret, a pesar de su deterioro mental y su escaso material como solista, se atrevió a experimentar. Este Redux se siente como un monólogo pesado, más que un viaje entre la locura, la muerte, la psicodelia, y la crítica social.
Si alguien ama este álbum, está en todo su derecho a disfrutar lo que le ofrece Roger.