Es una gran pelÃcula de amor sin amar, de mucha pasión contenida, de atracción sin tocarse, que apasiona ante la espera de expresiones amorosas que mantienen a los espectadores al filo de la butaca.
La dirección es fina, muy femenina y con rasgos orientales muy definidos.
La música raya en lo terso brinda una resonancia suave y refinada.
La fotografÃa, a excepción del inicio tiene toques impresionistas deliciosos.