Un señor con una grave falta de vitamina D, inflado de botox en una clÃnica clandestina, construye Annabelles (literalmente) a imagen y semejanza de sus vÃctimas en su sótano amateur (no es coña; y si no son Annabelles son sus primos de Arkansas). No deja huellas. Ni falta que le hacen. Y trae a la pasma de culo. Normal. Pero una chiquita con un carnet del FBI y un secreto del pasado va a cerrar el chiringuito del tipejo.
El que compare ésto con El Silencio de Los Corderos, con Clarice y, dios mÃo, con el Dottore Hannibal Lecter, que se compre una mascota y se dedique a vestirla con trajecitos tricotados. Vale ya, hombre. No haceis gracia.
El hijo de Norman Bates ofrece un rollo satánico pseudointeligente, de ése que hastÃa, pero sin llegar a Robert Eggers o Ari Aster, se carga lo mejor a media pelÃcula, y te deja con un drama rural para que te busques la vida, ligeramente PRETENCIOSO.
Para mi gusto,
Lo Mejor: Nicolas Cage y ya. Aunque escueto.
Lo Peor: que te vendan la moto. Que si mejor pelÃcula de terror del milenio, que si es el nuevo El Padrino, que si el demonio es un caprichoso y sale 47 veces en la pelÃcula. Vale, va, que sÃ, que muy bien.