Aunque haya que coser la quinta estrella con grapas tal como aparece el cuerpazo y el rostro del bellezón de Mónica Belluci, queda perpetua y es bien merecida (la 5 estrella ) sola y simplemente por la creación de la metáfora de los influencers absorbidos por las pantallas de sus propios móviles y desaparecidos de la ceremonia de una boda hecha solo para sacar cuartos en una falsa iglesia y llevados hasta las mismas hogueras que son capaces de fabricar a base de bulos ( los vanidosos influencers)