Un señor pestiño. Lo empecé a leer y es el único libro, en toda mi larga vida, que he dejado abandonado en un banco del parque. Una trama insípida e increíble, por lo tonta, con unos personajes sin ningún carisma e interés. Pienso, de corazón, que las reseñas favorables que he leído por ahí, son de amigos o familiares del autor. Lo dicho, mejor guardar el dinero para una de Stephen King, que aunque tampoco es Cervantes, por lo menos, su imaginación es más creativa.