“Es el fantasma de nuestro propio yo cuya influencia mueve nuestra alma y nos sumerge en el infierno o nos conduce al cielo”
Los niños, por su limitada y moldeable comprensión del mundo, les resulta casi imposible lidiar con sensatez ante una situación traumática por si mismos. La necesidad de que exista una figura paterna que guíe a las personas para poder hacer frente a situaciones de estrés se debe suplir a temprana edad.
Nathaniel, tras haberse abstenido a tener contacto con su hermano, madre y amante; le escribe nuevamente una carta a su hermano en la cual relata una serie de sucesos que traumáticos que se repitieron por un tiempo. El hombre de arena todas las noches irrumpía en su hogar acabando con cualquier actividad cotidiana que el y su familia tuviesen. El miedo que Nathaniel siente por esta figura tras haber escuchado la explicación que su criada le dio ante su inquietud, generó miedo y, tras unos eventos que cambiaron por completo su vida y la de su familia, un deseo de venganza que acababa con el y sus allegados.
La figura del hombre de arena revivía con el tiempo miedo en Nathaniel, y este sentimiento le hizo ver al hombre de arena como una amenaza que podría arrebatarle todo lo que tenía.
Este sentimiento no es más que un mecanismo de defensa que atribuye la responsabilidad de lo que podría pasarle a él y sus allegados, cuando en realidad, el único culpable de que esto pudiese pasar es el.
El cuento no es tan gore como esperaba, se centra más en la psicología de los personajes y realmente lo recomiendo.