Daniel Redondo

Decidí darle una oportunidad al programa debido a la constante publicidad que la cadena hacia del mismo, el resultado fue decepcionante. Lo más evidentemente decepcionante para empezar es la sobreactuación extrema de los miembros del jurado (o participantes, ya que no comprendo muy bien el rol de cada uno), el sistema de desarrollo es absurdo ya que aunque acierten la identidad del famoso bajo la máscara está no se descubre hasta el final del programa y únicamente si el público así lo decide, ya que es éste quien decide que máscara cae, con lo cual; que importa adivinar, o no, la identidad del famoso?. El fallo más importante del concurso/programa es que el espectador es incapaz de discernir quien concursa, como y por que... Cómo ya he dicho el jurado/concursante no decide nada, que acierte o no una identidad no repercute para nada en el desarrollo del programa, siguiendo en la misma línea el espectador puede entender que este jurado es el concursante o que quizás puede serlo el famoso bajo la máscara, ya que son ellos los que avanzan a lo largo de las fases del concurso (cuartos, semifinal y final), pero aún así la interpretación que estos hagan de su personaje tampoco influye ya que el público es quien decide todo mediante votación. En resumen el funcionamiento del programa se basa únicamente en la votación del público, ni más ni menos. Otro caso importante es la identidad de los famosos, de los que se anunciaba en la promoción del programa que se trataría de superestrellas de fama mundial, para más tarde resultar completos desconocidos. No puedo terminar esta crítica sin hacer alusión a la elección del presentador y el jurado, los cuales sobreactuan tanto que parecen parodias de si mismo, con reacciones desmesuradas y bromas forzadas. En resumen, el programa se basa en un concepto muy atractivo pero que la cadena/productora/realizadora no ha sabido desarrollar, teniendo como resultado un insulso y aburrido programa. Una pena.