Alejandro Navarro

La mayoría de los comentarios y calificaciones negativas seguramente provienen de personas con la esperanza de una película entretenida, con guión elocuente y cierto grado de razón (expresados en el trailer por motivos publicitarios seguramente). Pero esta es una película psicológica. Al parecer, está en busca de generar cierta empatía con una de las enfermedades intangibles e irreales más reales (valga la ironía) que nuestra sociedad enfrenta globalmente, la ansiedad. Cada suceso es una característica con la que solo algunos compartirán sensaciones con el protagonista (Por cierto, qué mejor actor para esta película que Joaquin Phoenix). El arte de las sensaciones en el sistema límbico del espectador está perfectamente orquestado. El miedo, la culpa, la pena y la impotencia juegan un papel crucial en este azar de sensaciones transmitidas por un gran equipo cinematográfico. Magnífica película