Si no estás familiarizado con el tema espiritual tal vez te rechine, especialmente su final. Lo que es claro es que no te va a dejar indiferente. Aunque sea un drama llevado al extremo, muchas escenas pueden hacer escocer tus propias heridas de infancia, por lo que no es una serie cómoda pero sà muy muy atractiva, lo que ves duele pero no quieres dejar de mirar. Los Javis tienen ese don de transmitir de forma pura, sin esconder pero sin tratar al espectador como un mero consumidor de historias. Su mirada es terriblemente sensible, inteligente y original. Gracias por ese final que es un claro canto a la sanación, a la fe y a la autenticidad.