no es una pelÃcula graciosa; a través de ciertos toques de comedia, la pelÃcula refleja el extremismo de la cultura de krystal en que han crecido los nacidos del año 2000 en adelante, la falta de privacidad, la falta de compromiso y la nula intención de llamar las cosas por su nombre.
Se presentan situaciones maritales, donde cada pareja tiene una parte controladora que prefiere obtener la opinión positiva de los demás a comprender los puntos de vista de su pareja (a quien se supone que ama).