Excelente producción, sutil, arriesgada, que jalona unos hilos invisibles de tensión con actuaciones impecables y con escenas que motivan la curiosidad en las espectadoras y en los espectadores.
Los hongos, por ejemplo, desde el inicio aparecen siendo un eje transversal en el filme, con un tratamiento destacado a lo largo de la película, contribuyendo con el desenlace y final de la misma.
Por último, puedo decir que es un filme muy bien logrado con la brillante producción de Sofia Copola, a quien no es necesario comparar con su padre.