Sorprende la madurez avanzada con la que aborda los temas de pareja, dejando detrás la culpabilidad para dar paso a una introspección profunda y honesta. Cada historia narrada más en sentimiento que en hechos. Las letras son crudas pero muestran una parte vulnerable de Taylor con la que todos podemos identificarnos.
No era el álbum que todos estábamos esperando, ni siquiera el que queríamos, pero es exactamente el álbum que necesitábamos para cerrar un capítulo de nuestra vida, al igual que ella.