He leído a un Pérez-Reverte que no esperaba. Cuando llegue a la parte en que el protagonista es alcanzado por su pasado y amenazado de muerte, creí que segua una aventura al estilo del escritor español. Pero ha sido algo diferente y que, afortunadamente no, casi dejo: largas reflexiones en largos párrafos (tejido en una trama que va poniéndose mejor, aderezado por varios dialogos sólidos) que discurren sobre la vida, la muerte, el destino y el azar, la guerra y el amor, el arte, la pintura y la fotografía. Lo estoy terminando y deja emociones y pensamientos por procesar y un final que, para variar en este año, si me ha gustado.