Gustavo Salas

La verdad tiene algunos elementos llamativos y positivos, diálogos con pretensiones filosóficas que terminan siendo bastante superficiales y de autoayuda, recurriendo a este recurso hasta desgastarlo y volviendo los interminables capítulos planos y sin mayor emoción.

Humor negro que siempre es bienvenido, pero con chistes fáciles cargado de lugares comunes. Admiro muchísimo la obra de Estrada, y la verdad esperaba una crítica social más aguda y sutil

Maravillosa!!! Con un humor cáustico, mordaz e inteligente al mejor estilo de Woody Allen. Final inesperado que sin caer en soluciones fáciles y cursis genera un efecto emocional intenso