Sencillamente muy mala. Parece más un concurso de recitado que una pelÃcula porque eso es lo que hacen los protagonistas: Amalia y Martin recitan sus parlamentos sin ninguna emotividad ni ductilidad.
Hay errores graves, cómo hablar de mayorÃa de edad a los 18 años en los años de la segunda Guerra Mundial. Las mujeres llegaban a la mayorÃa de edad a los 22 años.