Las 48 leyes del poder me parece un libro magnífico y no tanto para aplicarlo, sino para desenmascarar a quienes tienen este tipo de comportamientos, quienes se aprovechan de la buena voluntad de otros. Es preciso que las personas de buen corazón conozcan las estrategias tan bajas que usan las personas cactus para obtener lo que quieren y luego irse. Porque está dicho, el rico no es rico si el pobre no se lo permite y es ahí cuando nos damos cuenta de que para que una persona tenga poder sobre nosotros, nosotros hemos de otorgarle ese poder desde nuestras vulnerabilidades, hay cositas que se pueden aplicar en defensa propia de aquellos que usan estos consejos para el mal.