Concuerdo muy poco con este libro. Si bien los Estados (Países) deben ayudar en la distribución de la riqueza mediante acuerdos que es verdad. Eso de que el rico es el malo y culpable es falso, en Uruguay un país de 3 mundo, una persona que va a escuela pública puede ser presidente de la República, empresario y llegar a alto en cualquier aspecto de la vida. Este libro busca plantar un odió que no es real