Un film predecible, que no logra opacar su belleza, tiene un ritmo muy armónico, en donde exponen algunas grietas humanas que a pesar de ser crudas, contienen al final un aire de un objetivo mayor. Una propuesta que han intentado desarrollar y es posible encontrar en otros tÃtulos, con más apegao a la ficción, aquà el director supo desde el principio apegarse a la exquisitez de lo sublime, en la cual lo absurdo vence a la lógica. Convirtiendose en una manifestación bien lograda de emociones y que no me esperaba derramar una lagrima en esa penúltima escena del elevador. 8/10