Este libro es un desastre completo, tanto en términos de trama como de ética. La premisa es no solo absurda, sino profundamente problemática. Presentar a una niña de catorce años, vulnerada por una enfermedad terminal, como la protagonista de una historia que gira en torno a un matrimonio forzado con un anciano millonario es repulsivo. Esto no es un argumento interesante ni dramático, sino una explotación descarada de una situación de vulnerabilidad infantil para crear un suspenso de mal gusto.