Gustavo Peña

Fue la primera serie totalmente impredecible, aparte de la crueldad propia de las cárceles. Impresionante como de apoco los personajes van perdiendo las esperanzas de salir y retomar sus vidas.

Una historia simple, pero con trasfondos de peso. Son de esas películas que te atrapan y se debe digerir en silencio. Donde la madurez y la responsabilidad no van de la mano. Una hermosa película que nos muestra como un simple pequeño gesto de apoyo, pueden marcarnos y ayudarnos para siempre. La metáfora de la carretera, es hermosa.

Algo confusa y en especial muy desconectada con las emociones de padres, me parece que a alguien que no es padre o conectado con la paternidad le puede gustar. A los que lo somos, no nos compramos la desconeccion. Otro punto es que es muy fácil crear muchas preguntas, lo difícil es explicar. Crear una enfermedad casi viral indetectable que progresiva por un pendejo psicopata es imposible. Lo que es cierto es el nivel de incomodidad de la situación y las ganas de no seguir viendo.

Simplemente desgarradora, nunca pensé que una animación pudiese transmitir tantas emociones. Véanla con pañuelos, es imposible no emocionarse hasta las lagrimas.

Peliculón, un par de peldaños más arriba que el mundo feliz de los increíbles,