Hay veces en las que crear una serie que no pida disculpas ni remordimientos logra llegar a ser buena.
Y hay otra veces, muy pocas, en las que crear una serie que no pida disculpas ni remordimientos logra volverse inolvidable. The Boys es una de esas.
De culto para la posteridad, la serie es como nada que haya visto, una bizarra combinación de crudeza, gore, groserÃas, excesos, violencia inimaginable, drogas, adicciones, vulgaridades, depravaciones sexuales, inmadurez juvenil, extravagancias secuenciales, exageraciones inmorales, asquerosidades y hasta ideologÃas polÃticas radicales.
Mi esposa me sigue preguntando por qué diablos me gusta esta serie y honestamente ni yo entiendo por qué.
No es para todos pero en definitiva: Una fea belleza.