Este remake tuvo varios desaciertos, en primera la novela lleva la transición de estas mujercitas que se convierten en mujeres.
Uno de los principales errores es Amy, la actriz no me desagrada, aunque no es la Amy de la novela de May Alcott, sino que es en realidad una niña de doce años que va creciendo, y la actuación de pucheros de la actriz Florence Pug no es que está mal para el teatro escénico pero estamos hablando de una obra cinematográfica, así que fue un error. Incluso tener que forzar la escena de cuando sigue a Jo y a Laurie por consejo de Meg hace ver al personaje increíble, cuando en cambio es una niña que sola decide seguirlos, esperando también que Jo la perdone.
El actor Chalamet es otro error para Laurie, insisto no es que el actor actúe mal pero cuando lees el libro te das cuenta que es mejor Christian Bale el personaje indicado por su fisonomía.
Así podría seguir con otros personajes que no eran los adecuados entre ellos la protagonista pues Jo en el libro ni siquiera es rubia, y adora su cabello el cual sufre al cortarlo.
Insisto no es que las actuaciones estén mal es que es una mala adaptación de la obra, la muerte de Beth pierde peso en esta película.
Además la impetuosidad de Jo es calmada únicamente por la sabiduría del profesor Friedrich un inmigrante alemán mucho mayor a Jo. Este papel me encanta con el actor Gabriel Byrne cuya melancolía y a la vez experiencia y pasión entra muy bien en el personaje que anima a Jo a escribir novelas más serias y ser una escritora madura. Además con quien se casa. Incluso este personaje ayuda a darle más validez a la negación de Jo a casarse con Laurie por ser joven y tener su mismo carácter, y esto no sucede al ver al actor joven Louis Garrel. Por cierto el final donde Jo es quien se da cuenta que ama al profesor en vez de que sean todos opinando por ella muestra la madurez que Jo adquiere al dejar de ser Mujercita y convertirse en Mujer.
Insisto, está bien que deseen adaptar una obra haciendo un remake para el nuevo público pero cuando los personajes pierden la esencia o su razón de ser, termina siendo un desatino.