Me pareció divertida aunque exagerada, pero finalmente una buena lección para la gente que cree en oráculos, cuentos chinos, baraja, lo que sea. No hay nada más que trabajo duro, esfuerzo y perseverancia para obtener lo que quiere uno.
Y nada de querer hacer daño porque se le revierte a uno ese daño. Tiene su moraleja.
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