Creo que esta producción escrita a solicitud y encargo del poeta Manuel Rueda es uno de los momentos más lúcidos y felices en la consolidación de una literatura pensada y creada para y por los niños dominicanos. Por primera vez, en el paÃs, en la decada de los años 80, escritores de reconocidas cualidades dedicaron sus esfuerzos creativos para escribir cuentos hermosos, variados, representativos del entorno y del sentimiento dominicano y universal.