Fallida e insatisfactoria pelÃcula familiar que si se hubiera buscado proyectar solo ante audiencias hawaianas quizá podrÃa haber tenido un pase, pero que vista desde fuera de la tradición que reverencian puede resultar anticuada y cuajada de unos valores con los que es difÃcil comulgar en la actualidad. Los actores jóvenes cumplen. Los adolescentes renquean. Los adultos no se explican y en algunos momentos dan vergüenza ajena defendiendo un guion absurdo y poco hilado. La primera parte de la pelÃcula contiene alguna escena inspirada, alguna lÃnea de diálogo interesante y una presentación de personajes que si bien no brilla, te invita a continuar. Pero llegados a la aventura propiamente dicha, la búsqueda del tesoro, todo se vuelve plúmbeo, desaliñado y muy, muy alargado. Ya me empezó a chirriar el religioso respeto a las tradiciones que manifiestan algunos personajes hacia la mitad. Pero la cosa empeora cuando el personaje que cuestiona la tradición es vapuleado por los acontecimientos y llevado al extremo. Lo que parecÃa un cuento amable sobre la familia se transforma en un cuento moralizante sobre el respeto a ni más ni menos que la superstición. Los supersticiosos tienen razón, dice la pelÃcula en su último tercio. Y los descreÃdos urbanitas merecen ser aleccionados y castigados, acaba concluyendo este despropósito.