Una gran historia, tierna y humana que, a pesar de surgir de un egoÃsmo personal, saca lo bueno de las personas.
Actores maravillosos, como todos los de esa época, no como los de ahora, que quitando tantos como dedos tengo en la mano, no saben actuar.
Es un pecado no verla ni emocionarse viéndola.