Esta obra hay que leerse en tres tiempos: en la niñez, en la juventud y en la edad adulta, para comprenderla aunque el numero de veces es a juicio y gusto de los lectores, en estos tres momentos: la inocencia de la niñez y de como un niño ve a el mundo y sus sociedades, en los ojos adolescentes para crear un punto de vista de la vida, y ya en la madurez para poder entender a los jóvenes y nunca olvidarse de que alguna vez fueron niños.