Cuando uno lee el título del libro « LA VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES EN EL CRISTIANISMO PRIMITIVO» se imagina que la autora abordará los primeros siglos del cristianismo y su opinión sobre la mujer, sea mala o buena. Pero no, no es así. Ella habla de todo el mundo menos de los padres de la Iglesia, tiene muchas referencias a otros autores que de la forma más superficial del mundo se refieren al cristianismo de cualquier época, como si en la religión cristiana no hubiese pasado por tiempos de trasformación.
Sus referencias al pensamiento de la Iglesia primitiva son escasas, fútiles y sin disertaciones. Parece más bien una introducción a la violencia contra la mujer que lo que promete el título. Es que los dedos de una mano alcanzaron para contar las veces que Emma González realmente se ocupó de la violencia contra las mujeres en el cristianismo primitivo.
Tenía muchas expectativas con el escrito pero realmente es un texto muy poco recomendable, lleno de circunloquios, donde una y otra vez se repiten las mismas ideas. Quedaría enteramente insatisfecho cualquier lector que desee entender la aparente misoginia de los primeros cristianos.