A lo largo del libro las descripciones son detalladas y precisas, que provocan en uno la sensación de conocer lo que se describe. Sobre todo, al aparecer definiciones de la apariencia de Hyde. El libro es intrigante en todos sus capítulos, porque los hechos son misteriosos y dejan huecos que no se explican hasta el final. El cual yo ya conocía, por lo que se me hizo menos desesperante la lectura, y más divertido ir viendo cómo lo descubría el protagonista. Lo que sí, se perdió lo mejor del remate.
El autor toca el tema psicológico del dualismo que podemos tener en nosotros, la doble personalidad, y el bien y el mal instintivo de cada ser humano. Es escalofriante y terrible leer el sentimiento de placer de una persona al hacer un acto despiadado, pero a la vez es interesante. Me gustó mucho el personaje de Utterson y su perseverancia.
Al ser una novela breve es atrapante y nunca aburre. Aunque lo que podría resultar complicado, al haber sido escrito en el siglo XIX, es el vocabulario que usa Stevenson. Por esto no aconsejo que lo lea un público demasiado joven, ya que, además, hay escenas atroces. Pero sí es muy recomendado a adolescentes y adultos, aún más para los fanáticos del misterio y las novelas fantásticas.