Desde el inicio, la serie se revela como un producto comercial que busca adherirse a las tendencias ideológicas actuales de manera excesivamente forzada, en lugar de centrarse en lo más importante: la historia y su coherencia dentro del vasto universo de Star Wars. Si bien abordar temas como la diversidad y la inclusión no es en absoluto negativo, la manera en que se realiza aquà es superficial y no logra integrar estos aspectos de forma orgánica. Series y pelÃculas como "Call Me by Your Name", "The Whale", y "Las Sufragistas" han abordado temas similares con profundidad y sensibilidad, sin sacrificar la calidad narrativa en pos de un mensaje.
La serie falla en respetar la continuidad y las reglas establecidas por el universo Star Wars. Aunque las primeras entregas prometÃan cierta originalidad, los episodios subsecuentes incurren en contradicciones y errores de continuidad que desvirtúan cualquier acierto inicial. Star Wars, creado por George Lucas, se caracteriza por su rica mitologÃa y reglas internas, romperlas sin justificación válida resulta en una pérdida de coherencia que decepciona a los fans de larga data.
La escenografÃa pobre y repetitiva, junto con un uso limitado del CGI para recrear razas alienÃgenas, contribuyen a una experiencia visual insatisfactoria. Mientras que series como las capitaneadas por Dave Filoni y Jon Favreau han sido aclamadas por mantener la esencia de Star Wars, la actual producción dirigida por Leslye Headland no logra captar esa magia, optando por escudarse en crÃticas hacia el machismo y patriarcado en lugar de enfocarse en construir una narrativa sólida.
En resumen, esta serie representa un punto bajo en el universo Star Wars, no solo por su falta de calidad técnica y narrativa, sino por su incapacidad de integrarse adecuadamente en un mundo tan rico y querido. La esperanza de una mejora es mÃnima, y la decepción de los fans es comprensible.