No la compro. No es un drama. Es un melodrama. Un melodrama erótico.
Sam Levinson en esta ocasión está rodeado de colegas con un talento superior o más experimentados en comparación con quienes trabajó en Euphoria. El director de fotografía, el técnico de sonido, quien planteó las coreografías, quien haya hecho el casting, etc. todos ellos y más, cuyos nombres es una pena desconocer, hicieron un estupendo trabajo. La serie es visual y auditivamente, deliciosa, buena, y decente cómo mínimo y una minoría de ocasiones. El elenco aporta mucha personalidad y talento. Y Sam Levinson, director de The Idol y Euphoria, vuelve a llevar a los actores a polos donde no estamos acostumbrados a verlos.
Siguiendo los comentarios del "Tío Rober", comediante y guionista mexicano, que hace relativamente co-estrenó su primera película (comedia), muy buena por cierto, es que me decidí a ver The Idol: "Quien sabe a quien conozca ese cabrón, porque a nadie más lo están dejando hacer lo que él hace (...) No sé cómo le haga para llevar a sus actrices a hacer las cosas que hacen"
Palabras más, palabras menos, fue el comentario hacia el trabajo de Levinson después de ver ambas series. Por supuesto, el expuso el erotismo como género en el trabajo de Levinson.
Es importante tener en cuenta, antes de ver Euphoria o The Idol, que el erotismo es un recurso importante para Levinson. Asumiendo que esta serie es un "drama"- erótico, es que puede tolerarse o, en el mejor de los casos, disfrutar de todo el contenido visual y sonoro referente. De lo contrario, de no tomar en cuenta que estás viendo algo erótico, parecerán innecesarias muchas escenas y hasta excesivas; no obstante, insisto, cuando entiendes que es un "drama"-erótico todo está donde debe estar, está bien, no sobra ni falta nada. Siendo así, me parece que Sam tuvo una evolución muy buena, o sólo lo rodearon, o se rodeó, de colegas muy talentosos que encausaron mejor su visión.
Spoiler: Mi disgusto con The Idol es que el capítulo 5 no me lo creo. Me parece mal llevado y construido. Tampoco me funciona como un elemento "sorpresivo", como un "plot-twist". No me dan elementos para creer que Tedros, un perverso, narcisista maligno, tal vez sociopata, dueño de un club, líder de un culto, capaz de torturar e introducir a uno de sus talentos, a base de engaños, al mundo de la fama internacional, ¿fue "derrotado" por Joseline? No me la creo. No lo compro. Ni bajo el realismo ni bajo la psicología ni bajo la lógica de un drama. ¿Ver a ese Tedros humillado porque su novia lo engañó? Sólo me la creo como un elemento forzado, de ficción, aceptable en un melodrama, no en un drama. Por ende, concluyo que es un melodrama-erótico, y aún así me parece forzadísimo todo el desenlace. Quizá no es un error, ni ignorancia del comportamiento humano, porque ocurrió lo mismo en Euphoria con Nate y su padre Cal: personajes muy bien construidos que al final van en contra, de manera irreal y hasta absurda, de lo que "son". Tal vez, es la perversión de Levinson por ver hombres fuertes y dominantes humillados; esta es la única explicación con la que me siento en paz para entender como Levinson, hacia el final de sus series, termina tratando así a sus personajes varones. El modo en el que los lleva a esos puntos de quiebre, me parece muy pobre, repentino, ficticio, carente de sustancia o sentido.