Cuando lo leí estaba en secundaria y pasaba por una etapa difícil. Quizás eso influyó en que no le prestara tanta atención. La trama, cada vez más extraña y mágica, en vez de engancharme al libro, terminó por aburrirme. Mi pensamiento concreto se vio superado por este relato (para mí absurdo, para los eruditos realismo mágico) cuyo propósito no comprendía a medida que avanzaba en la lectura. Finalmente, lo dejé de leer hasta un poco más de la mitad. Quizás alguien comparte esta experiencia, pero en lo formal, sigue entusiasmando año tras año a sus lectores y tiene un gran renombre dentro del habla hispana...Para criticar primero hay que leerlo.