Llevaba años y años sin disfrutar de una serie tanto como lo he hecho con ésta.
"Cuphead: don't deal with the Devil" fue una obra de arte en su momento; y su adaptación como serie se encuentra a la altura del videojuego: llega a ser su equivalente en el mundo de la animación.
Ojalá y se hicieran más series como ésta. La apuesta ha resultado en un gran acierto que, espero, haya venido para quedarse.