Cumple con todas las condiciones del bodrio.
Efectismo, golpes bajos, guión previsible, escenas reiteradas, tiempos muertos a granel, textos recitados y un final preanunciado.
Sólo MinujÃn escapa, por momentos, al incendio. La chica no es actriz, sino apenas modelo. Peretti causa gracia en vez de temor. Y eso es lo peor que le puede suceder al asesino.