Francamente, me es entretenida y enganchante la narrativa de Doyle, especialmente cuando entran los diálogos de Sherlock, pues su carisma, caballerosidad e ingenio guían a cualquier lector a un punto en común, el empatizar con el detective. Sin embargo, al ser su fiel amigo Watson quien nos cuenta las aventuras que viven el detective y él, muchos detalles importantes y pistas que conoce Holmes pero no Watson nos son revelados hasta el auge del caso, imposibilitando al lector el participar activamente en el caso, pues el punto es admirar el ingenio de Holmes, no igualarnos junto a él como detectives.