virginio andres lorenzi

No se la recomiendo a nadie a pesar que considero que es una buena película. Es dramática, es dolorosa. Un pueblo, el ruso bajo el régimen soviético, que sufre no solo la dictadura política sino la miseria. Aislado del mundo, atrasado, que vive en el año 1962 pero el contexto social, las ideas que manejan los personajes parecen más de siglos anteriores. Conspira en contra que se trata de un pueblo pequeño, no una gran ciudad y no se sabe si hay instituciones culturales (cine, teatro, universidad, …). En años anteriores he visto películas rusas y guardo de ellas el mismo sentimiento y conceptos: son muy buenas películas y traumáticas.

El film se mira en el año 2023 donde sobresalen públicamente la tecnología, el consumismo, el creciente analfabetismo, y otras calamidades. Entonces, los valores de la película contrastan con todas esas carencias de las sociedades modernas. No es sólo el valor de un profesor, sino los valores de una comunidad donde la solidaridad se practica diariamente como cualquier capacidad biológica, respirar, o comer o dormir. El amor recorre las vidas que no sobresalen por un desarrollo intelectual (que no necesitan) pero el AMOR, con mayúscula atraviesa todas esas vidas. La película es sencilla y simultáneamente ¡brillante!

Es una 'peli' que permite pensar lo importante de la educación. No dije instrucción, la que se dirige a la sabiduría, a los saberes, dije educación o sea el ejercicio de pensar, ni más ni menos. Don Gregorio, el maestro trabaja, opera con el pensamiento del niño. No lleva contenidos al aula. Promueve saberes. Hay una escena, yo vi esta peli hace muchos años, donde el maestro fuera del aula le señala al niño Moncho que el infierno puede estar en la Tierra, o sea en la vida de cada persona.

Original. Brillante. Genial. Y más adjetivos. Obliga a pensar en la vida. Pero, también entretiene, divierte. Un placer. Muy francesa y simultáneamente universal.