Actrices en estado de gracia. Madre e hija están soberbias. Y una historia que por mucho que la tengamos al lado, parece que no la queremos ver. Una mujer sola siempre saca a sus hijos adelante, pero el coste personal que supone siempre es elevado. Todos los protagonistas de esta historia tienen cicatrices provocadas por la violencia de género que hoy en dÃa la ultraderecha quiere negar que existe. Las heridas, en caso de curarse, tardan en sanar, pero dejan secuelas.